LA FINAL DEL MUNDO
Así se vivió, así se jugó. En un encuentro para el infarto, Italiano
pudo dar vuelta el resultado y se llevó tres puntos vitales ante Lamadrid.
Era un partido decisivo, tanto
los jugadores como la gente que se acercó hasta Ciudad Evita sabían de la
importancia que tenia ganar. Se sufrió más de la cuenta, pero al final se
terminó festejando tras el 2 a
1 ante el “carcelero”.
Italiano salió decidido a llevarse
a su rival por delante en busca del gol, y los de Villa Devoto se dedicaban a
aguantar las embestidas del local, que sin mucha claridad llegaba al arco
visitante. Federico Astudillo se encontró con tres situaciones muy favorables
para convertir, pero Alejandro Granero tenía una buena noche y devolvía todo lo
que le tiraban. Sorpresivamente en la primera situación clara que tuvo Lamadrid
llegó la apertura del marcador. Daniel Ledesma conectó de cabeza un buen tiro
libre ejecutado por Abel Flenegal y ajustició a Albano Anconetani para poner en
ventaja al visitante. Veinte minutos más tarde, el equipo de Jorge Franzoni se
iba a quedar con uno menos por la expulsión de Pérez tras pegar un codazo. A
pesar de contar con uno mas, todo era nerviosismo en el conjunto de Alberto
Pascutti, las ocasiones eran generadas, pero faltaba el toque final para
empujarla a la red. Fue justamente cuando restaban pocos segundos para que
termine el primer tiempo cuando Gustavo Britos puso las cosas iguales. El
empate dejaba completamente abierto el partido para la etapa complementaria.
El local fue pensante y
disputo tranquilo los últimos 45 sabiendo que tenía superioridad numérica y que
el gol del empate había sido un duro golpe para su oponente, solo debía ser
paciente y esperar para convertir el segundo, pero no tuvo que aguardar
demasiado ya que a los 13 minutos llego el tan ansiado gol, con un buen remate
desde lejos de Cristian Rami que se metió en el ángulo de, el “azzurro” se
ponía en ventaja. Ya con el 2 a
1 a su
favor, el dueño de casa tuvo varias situaciones para aumentar la diferencia,
aprovechando que su rival se adelantó lógicamente en busca del empate.
Lamentablemente el resultado no pudo ser más amplio a favor del “tano” y obviamente
hubo que sufrir hasta el final. Con el pitazo en los noventa de Yamil Possi, se
desató la euforia y el desahogo tan esperado de los jugadores y la parcialidad
local.
Se jugó como una final,
ninguno de los dos quería perder, y se sabía que para Italiano lo único que servía era
ganar, ya que es un rival directo en la lucha por la permanencia. Hubo mucho
amor propio para sacar adelante un resultado adverso, quizás tenga razón el
entrenador del A.C.I.A.,
quien manifestó luego del partido que “se hizo justicia”. Queda otra para
importante la próxima fecha ante Deportivo Armenio, otros tres puntos que son
muy necesarios y que servirían de mucho para terminar bien el año.
Matías Rodríguez
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